Sabemos que no es fácil hablar con claridad y sencillez de algo tan importante como
la sexualidad y, sobre todo, cuando se trata de nuestros hijos e hijas. Sin embargo, es posible
y está en manos de todos: para una educación sexual en familia no es necesario ser maestro,
médica o psicólogo, ni tampoco hay que saberlo todo. Para comenzar, lo más importante es el
afecto, crear climas de confi anza, tener una buena disposición y poder escuchar y comprender
a los chicos.
En estas páginas, les proponemos algunas ideas que pueden ayudarlos a contestar
inquietudes y preguntas que les hagan los chicos en sus hogares. Esperamos que esta revista
les sea útil y sirva para que juntos, familias y escuelas, ayudemos a nuestras chicas y chicos a
crecer felices, seguros y confi ados.