Narrar la articulación: registro de una búsqueda colectiva.
Acevedo, Liliana
Coronel, Gloria
Pérez, Cecilia
terciariomisericordia@gmail.com
Instituto de Nivel Superior UEGP N° 54 Ntra. Sra. de la Misericordia
Introducción
La articulación en educación se plantea como una mirada integral al proceso constructivo del conocimiento, en Educación Superior es una dimensión que atraviesa la formación docente. En el Profesorado de Lengua y Literatura de la UEGP N° 54 Ntra Sra de la Misericordia se evidencia precariedad en los procesos de articulación entre los diferentes campos y las unidades curriculares, más precisamente entre los procesos de enseñanza y aprendizaje hacia el interior del Instituto.
La formación docente para la educación secundaria demanda transformar la enseñanza fragmentada y tradicional, requiere nuevas formas de integración entre las unidades curriculares, buscando la formación integral de los estudiantes.
El proceso de enseñanza y de aprendizaje en los institutos de formación docente es una acción compleja que precisa de reflexión e intervención tanto en lo pedagógico como en lo metodológico y disciplinar, para que se garantice un adecuado desempeño del futuro docente. La endeblez o ausencia de esta articulación atenta contra el fortalecimiento de las capacidades y competencias que son el objetivo de la formación.
Esta primera instancia de comunicación del proyecto se propone como un intento de abordar la problemática y proponer posibles caminos de acción. Implica un ejercicio reflexivo y también la posibilidad de que albergue una pluralidad de perspectivas, es decir, permite la relación entre los singular, lo colectivo y lo común.
De este modo, se intentará mostrar el recorrido, aunque estos párrafos son solamente un recorte, una muestra de parte del camino; se escabullen en ellos las vicisitudes que fuimos pasando durante el recorrido, el origen y el trasfondo de todo el camino han sido más ricos y complejos. Intentaremos que en nuestro relato no se escinde la experiencia vital de la escritura.
Extraños modos de vida
Comenzamos cuando la incertidumbre 2020 nos atormentaba, presentándonos un terreno resbaladizo, ya el mundo estaba en un proceso de cambio permanente, la pandemia fue el summun de estas transformaciones y, por supuesto, la incidencia en el proceso de enseñanza y aprendizaje fue movilizante. Los escenarios se tornaron aún más complejos, multidimensionales, simultáneos e imprevisibles.
Por eso, en cuanto surgió la propuesta de esta nueva experiencia formativa, de inmediato nos plegamos a ella. Al transitar, vivimos las tensiones que origina el tiempo para el encuentro en los nuevos escenarios, pero también los desafíos y las oportunidades para la formación individual y colectiva con el propósito de dar respuesta a las necesidades y demandas de nuestra institución. Durante el recorrido, elegimos diferentes derroteros para llegar al consenso, descubrimos la riqueza de la bibliografía mediante las lecturas compartidas y los beneficios del trabajo colaborativo en la producción de conocimiento. En otras palabras, significó un proceso altamente interpelante, un continuo aprendizaje colectivo en las instancias de trabajo institucional y en instancias plenarias donde se estimuló permanentemente el intercambio entre investigadores en formación.
En primer lugar, pasamos el umbral de las afirmaciones: la investigación se realiza de esta manera, se sigue un método determinado, yo lo estudié así…, entre otras. Luego nos animamos a desprendernos de algunas seguridades para dar lugar a las lecturas que nos presentaba una nueva propuesta. Implicó un proceso de desestructuración, una relocalización en el equipo de investigación, un trabajo que podríamos definir como horizontal, en la medida en que existe una dinámica compartida por los integrantes del grupo, con los colegas de la institución y con la Dirección de Investigación Educativa. Buscamos espacios para los encuentros en tiempo de Distanciamiento Preventivo Social y Obligatorio. Para eso, acudimos a lo que sabemos, poco o mucho, de tecnologías digitales y educación virtual, exploramos caminos que no conocíamos, y nos conectamos entre nosotras para compartir información, metodologías, contenidos, programas, y todo aquello que pudiera ser útil.
Nos constituimos como equipo de investigación institucional, en articulación directa con los intereses y objetivos del proyecto institucional. Somos un equipo interdisciplinario, es decir que pertenecemos a distintos campos de formación. Esto brinda la posibilidad de una multiplicidad de miradas, pero también plantea una oportunidad para la selección de los recursos metodológicos propios de los campos disciplinares. Cada una de nosotras somos locales en el proceso de investigación es decir, estamos implicadas, somos partícipes de la situación a investigar.
Identificar, desnaturalizar, extrañar situaciones educativas, reconocer problemáticas institucionales que atraviesan la formación docente inicial, desandar, en cierta forma matrices de investigación originadas en la relación entre las prácticas y los campos disciplinarios para encontrar un lugar común que tiene que ver con la posición de los integrantes dentro del campo donde lo que se articula es justamente la dimensión pedagógica de las prácticas de enseñanza, y de las prácticas formadoras.
Por otro lado, la asistencia a los encuentros sincrónicos propuestos por la Dirección de Investigación Educativa, los intercambios en la ronda de lecturas con el equipo institucional, el trabajo en la Plataforma ELE, nos permitieron revisar aquellas acciones que se hacen en forma automática, descubrir problemáticas visibles en la formación inicial que se desprenden de la escasa articulación entre los campos de formación y las unidades curriculares. En este sentido, el acompañamiento contribuyó a alimentar, problematizar, compartir experiencias entre quienes desarrollamos esta tarea y pensar en algunos problemas medulares que se evidencian en los institutos de formación como así también interrogarnos sobre cómo contribuir desde las experiencias de investigación situada a una comprensión y a una sensibilización pedagógica más profunda y más arraigada en el territorio, desde una mirada reflexiva que invite a revisar qué acontece en nosotros con lo que acontece en nuestro entorno.
Comenzamos con la escritura colaborativa y con el acompañamiento de la tutora fuimos bosquejando el proyecto. Las nuevas lecturas fueron desestructurándonos de algún modo, además, enriquecieron nuestros abordajes y fueron el tema vertebrador de las reuniones.
La mirada inquisidora hacia el interior del instituto fue una constante… Aunque la palabra inquisidora suene fuerte, nos atrevemos a dejarla porque consideramos que mirábamos lo más reflexiva y criteriosamente posible nuestras prácticas y la de los colegas.
Asimismo la formación recibida y las devoluciones permanentes, contribuyó a dar un carácter contextualizado al despliegue de recursos metodológicos y de los instrumentos que se secuencian en la investigación. Estos intercambios nos brindaron la posibilidad de identificar, desandar matrices de investigación originadas en campos disciplinarios para encontrar un lugar común que tiene que ver con la posición de los docentes dentro del campo de la formación, encontrando puntos claves de articulación, como las dimensiones pedagógicas de las prácticas de enseñanza, y las prácticas formativas.
Comenzamos con la escritura colaborativa y con el acompañamiento de la tutora fuimos bosquejando el proyecto. Debatimos bastante y al final acordamos que lo perentorio en nuestro instituto pasaba por la escasa articulación existente entre los diferentes campos de formación y las unidades curriculares y entre los procesos de enseñanza y aprendizaje hacia el interior del instituto, de este modo fuimos delimitando la problemática que, entendíamos, era la más acuciante.
Entonces, lo reflejamos en el título: Articulación entre los Campos de Formación y su incidencia en el proceso de enseñanza aprendizaje en el Profesorado para la Educación Secundaria en Lengua y Literatura UEGP N° 54 “Ntra Sra de la Misericordia”. Una vez seleccionada esta cuestión, nos abocamos al desarrollo del proyecto.
Hacia una revisión metodológica
Elaboramos bastante esquemáticamente el diseño metodológico y en este punto nos dedicamos a la lectura exhaustiva de la bibliografía sugerida, a partir de ahí comenzamos la fase de revisión y reformulación permanente.
La reunión con el equipo capacitador significó un cambio de rumbo parcial dado que nos plantearon que el problema enunciado era algo que no necesitaba probarse puesto que hace mucho sucede en los institutos. Nos sentimos un tanto desmoralizadas porque, aunque sabemos que es algo conocido, lo pensamos situada exclusivamente en nuestro instituto. Igualmente, acordamos modificar el proyecto e incorporar la planificación y ejecución de dispositivos tendientes a modificar la problemática.
Fuimos elaborando instrumentos y estrategias de intervención tales como entrevistas, grupos focales, relatos biográficos, entre otros, también distribuimos los tiempos y las responsabilidades. Nos hicimos nuevas preguntas, tales como: ¿Cómo abordar esta problemática en la carrera del profesorado de Lengua y Literatura? ¿Cómo acercar a los futuros profesores a este objeto de estudio tan especial? ¿Debería realizarse en alguna unidad curricular específica de la carrera? O más bien ¿Debería ser abordado de manera transversal a lo largo de diferentes unidades curriculares? ¿Es esto posible en la práctica?
Luego, tuvimos un nuevo encuentro en el que compartimos los avances. Esta vez, estábamos un poco más animadas porque habíamos contrastado nuestro trabajo en los diferentes tiempos y nos sentíamos satisfechas puesto que creíamos haber logrado la desnaturalización de nuestro acontecer cotidiano.
En esta oportunidad nos dieron algunas sugerencias respecto del orden de los instrumentos, sobre todo lo referido a los relatos biográficos. En función de ello, comenzamos a trabajar con los estudiantes y la elaboración de los relatos. Luego socializaron entre pares y formularon nuevas preguntas para avanzar con la última parte programada.
En cuanto a la actividad mencionada, pudimos observar que contamos con la predisposición de los estudiantes, aunque sus primeros escritos fueron bastante breves y superficiales los siguientes se fueron enriqueciendo.
En el transcurso del itinerario pudimos darnos cuenta de la importancia que reviste disponer de un tiempo para hablar de uno mismo, de las propias experiencias educativas y de la importancia de reflexionar sobre ellas.
La pedagogía […] igual que el verdadero lenguaje narrativo, no se agota nunca en la pura referencia. Al contrario, se colorea siempre de un aura de ambigüedad, de un dejar las puertas abiertas a otras posibles soluciones que cada lector-oyente encontrará por su propia cuenta si quiere hacerlo. Es una pedagogía narrativa precisamente porque no tiene nada prescrito y, exactamente como toda ciencia, no indica verdad, sino comunica estímulos intelectuales, sacudidas conceptuales, provocaciones. Si se traduce en la práctica educativa nunca quiere decir: “se hace de esta manera”, sino sugerir puntos de conceptuación para que cada uno encuentre su camino actuando según sus características y en espíritu de diálogo y de cooperación como precisamente implica narrar. (Genovesi, 2002, p. 256-256, citado en Contreras 2015)
Respecto del discurrir discursivo notamos, en el relato biográfico de los estudiantes, que la mayoría son armados con prolijidad cronológica, con algunas repeticiones. Casi todos rememoran sus inicios del mismo modo
Comencé el profesorado de Lengua y Literatura en el año 2017 (…) En primero y segundo año me costaba bastante expresarme en las clases, gracias a la timidez que siempre tuve, pero con ayuda de los profesores y de mis compañeros fui mejorando ese aspecto(…) Así es como se pueden leer algunos desasosiegos prematuros: Al llegar de mi pueblo, todo me parecía difícil, desde ubicarme hasta entender a los profesores (…)
La experiencia vital cotidiana se imbrica con los sucesos pedagógicos. Cabría plan-tearse la reflexión… ¿hasta qué punto, la experiencia estudiantil atraviesa el devenir de lo cotidiano y viceversa?…
Se pueden leer en ellos algunas rupturas que, a modo de fragmentos dispersos llaman la atención sobre algo en particular: “Primer año me costó mucho. No podía leer tantas cosas. (…) Hice algunas amigas y nos juntábamos a estudiar(…)”
Puede verse la búsqueda del lugar tanto simbólico como concreto “(…) En primer año viví con una amiga, pero no tenía espacio para estudiar, no me hallaba, entonces después de las vacaciones empecé a buscar un lugar mejor (…)”
Después de intercambiar con los pares el relato cobra otro cariz y se expande, se transforma, se puebla de algunos nombres propios que revisten importancia personal. La narración se ancla en la experiencia cotidiana, pero está demasiado cruzada con la dimensión normativa del encuentro pedagógico, aunque pueden percibirse dimensiones simbólicas y afectivas respecto de su experiencia como estudiantes. Aparecen también las inseguridades, las incertidumbres y las tribulaciones por las que pasaron y pasan. Allí podemos leer los silencios y las ausencias que en ocasiones desconocemos el origen y que, en otras, nos interpelan abiertamente. Asimismo, cargan valoraciones y creencias acerca del estudio y su importancia.
Sentimos que habilitar estos espacios generan experiencias subjetivantes en los estudiantes y en nosotras alimenta el desafío por buscar estrategias que fortalezcan dichas situaciones.
Las omisiones que leemos entre líneas, la estructura esquemática y casi superficial de la narrativa dice mucho acerca del proceso en el que están inmersos y desde el que se posicionan. En todo el texto ponen en juego sus emociones, no miran su proceso formativo de un modo riguroso y autorreflexivo. Los estudiantes escriben siempre pensando en quién va a leer su relato y notamos mucho cuidado en lo que dicen y mucha referencia a los docentes y a sus estrategias de acompañamiento en el proceso de enseñanza aprendizaje. Podemos decir que los relatos tienen que ver con lo que nos pasa en la vida y esto nos puede llevar a pensar en la formación, impulsar a buscar otras maneras de enseñar y de aprender.
Nuestros pasos siguientes son las entrevistas tanto a docentes como a estudiantes y los grupos focales, que tensionarán de algún modo nuestros supuestos y nos permitirán discernir las acciones a futuro.
Lo que hicimos hasta aquí para cumplir con los objetivos de nuestra investigación, resultaron no sólo útiles para ese cometido, sino también para incorporar en nuestro quehacer docente experiencias pedagógicas desafiantes y significativas.
Referencias bibliográficas
Contreras, J. (2016) Tener historias que contar: Profundizar narrativamente la educación. Revista Roteiro, 41 (1): 15-40.
Núñez, C. y Acuña Zenoff, M. (2020) El Proyecto de Investigación. La primera parada en el camino. Módulo 4, El Proyecto de Investigación. En: Propuesta de Formación en Investigación. Dirección de Investigación Educativa, Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Chaco.
Suárez, D., Metzdorff, V. (2018) Narrar la experiencia educativa como formación. La documentación narrativa y el desarrollo profesional de los docentes. Espacios en Blanco. Revista De Educación (Serie Indagaciones), (28): 49-74. Recuperado a partir de https://ojs2.fch.unicen.edu.ar/ojs- 3.1.0/index.php/espacios-en-blanco/article/view/78
Núñez, C. y Acuña Zenoff, M. (2020) La narrativa en educación. Módulo 1. Marco Epistemológico de la Investigación Educativa. En: Propuesta de Formación en Investigación. Dirección de Investigación Educativa, Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Chaco.
Sverdlick, I. (2007) La investigación educativa como instrumento de acción, de formación y de cambio. En: La Investigación Educativa. Una herramienta de conocimiento y de acción. Editorial NOVEDUC en: https://drive.google.com/file/d/1TbYshINSejIeokKtCSye7L6O1H_ScmUU/vie w?usp=sharing
Descargar el artículo 3 completo