Pensar la Educación desde los márgenes: aportes y reflexiones para una presencialidad cuidada y emancipatoria

Por Dr. Germán Oestmann
Rector de la UNCAus
La irrupción de la Pandemia ha generado un impacto cultural, económico, social y educativo con ribetes apocalípticos y catastróficos. La comunidad mundial se encontró imprevistamente ante la imposibilidad de continuar con su habitual estilo de vida y el capitalismo en su expresión financiera se percibió incapaz de gestionar la crisis, de manera tal que el impacto en la salud y la destrucción de millones de puestos de trabajo a nivel mundial recayeron una vez más sobre las clases populares.
En este escenario, pensar la educación se torna un imperativo categórico que resulta imprescindible reelaborar a través de la reflexión y la mirada centrada en aquellos sectores excluidos que fueron los más afectados por la imposibilidad de acceder a las clases en línea, ya que no contaron con la tecnología ni con las herramientas tecnológicas adecuadas producto de los magros ingresos con los que cuentan sus familias. Tener en cuenta estos condicionantes estructurales nos permitirá avanzar con claridad en la real dimensión del problema y en el rol fundamental que poseen los docentes como formadores de ciudadanía emancipatoria.
Se deben generar las condiciones para abandonar definitivamente el esquema especulador y financiero que
tiene su correlato en un proyecto educativo colonizador y excluyente para consolidar definitivamente un proyecto de Nación que logre una Educación de calidad para todos y todas. Desde el Estado se debe fortalecer un modelo de desarrollo y progreso que tenga como eje principal la Educación, la Ciencia y la Tecnología.
Para fortalecer un nuevo paradigma de crecimiento educativo y emancipación social debemos convocar a todos los sectores involucrados de manera amplia y horizontal con el firme objetivo de llegar a un acuerdo de mediano y largo plazo que contemple a todos los actores educativos y tenga en cuenta las diversas realidades junto a las especificidades presentes en cada contexto. De esta manera lograremos democratizar la toma de decisiones para poner la escuela al servicio de la comunidad, de forma tal que la misma responda a las demandas comunitarias y pueda posicionarse como el centro de referencia pedagógico en el cual las diferencias sociales que impiden el desarrollo justo y armónico de una sociedad tiendan a desaparecer. Cómo afirma Paulo Freire (2014) «Los sueños son proyectos por los cuales se lucha. Su realización no se verifica fácilmente, sin obstáculos. Más bien, al contrario, supone avances, retrocesos, marchas a veces demoradas. Implica lucha…» (Pág. 66).
Por estas razones, el retorno a la presencialidad en el marco del ciclo lectivo 2021 debe tener en cuenta una serie de requisitos sin los cuales será imposible cumplir con los postulados esperados, ya que el mismo debe estar supeditado a una serie de metas de cumplimiento relacionadas a condiciones de infraestructura escolar, condiciones sanitarias y fundamentalmente, la política salarial, que debe estar dirigida a jerarquizar definitivamente la profesión docente como una forma de elevación moral del sistema educativo.
De esta forma debemos reafirmar contundentemente que uno de los principales desafíos que tenemos que afrontar en el mundo pospandemia tiene que ver con la mejora en la calidad de la educación, ya que en las actuales condiciones globales necesitamos a ciudadanos que puedan analizar y transformar la realidad, desterrando los anhelos tecnocráticos del mercado que solo pretende sujetos pasivos sin la capacidad de
cuestionar las injusticias del sistema cultural e ideológico actuando como legitimadores de la desigualdad. Coincidimos con Bourdieu (2013) en que…“lo que caracteriza al modo de reproducción escolar es la lógica estrictamente estadística de su funcionamiento…” (pág. 46).
Sin embargo, debemos dejar claramente establecido que para lograr un sistema educativo de calidad, en todos sus niveles, se deben contar con políticas de Estado que se sostengan en el tiempo y que tengan como principal referencia una mayor excelencia en la formación, mejoras considerables en los salarios y las condiciones de trabajo de maestros y profesores junto a la participación creciente de las familias en espacios institucionales abiertos y democráticos. Debemos abandonar la concepción elitista y meritocrática para que nuestros jóvenes puedan adquirir conocimientos emancipadores que les permitan crecer y desarrollarse en los pueblos que los vieron nacer.
En lo que respecta a la escuela media debemos extremar nuestros esfuerzos para diversificar la carrera docente y desterrar definitivamente de nuestras aulas al llamado “profesor taxi”, ya que esto atenta con la necesaria vinculación que se necesita para conocer de primera mano las necesidades simbólicas y emocionales que se encuentran presentes en el contexto de cada escuela. Al mismo tiempo, no podemos dejar de mencionar el imprescindible mandato respecto de la aplicación plena de la Educación Sexual Integral (ESI).
La Pandemia nos ha enseñado que la Educación es el único vínculo que poseen nuestros jóvenes con los valores e ideas de Patria, Comunidad, Justicia, y Solidaridad. Reivindicar la Escuela Pública es realizar un canto de amor a la Libertad y a la Igualdad de las y los jóvenes de nuestra Argentina Profunda.
El mensaje de amor de la Educación debe llegar a todos los confines de nuestra Nación y debemos pensar en la educación para adultos, la educación rural, la intercultural –bilingüe, la que se dirige a los estudiantes con capacidades especiales y a quienes están en situaciones de encierro. Debemos trazar horizontes de superación y realización colectiva.
En esta inmensa tarea, la Universidad Pública posee una misión transcendental e histórica. En nuestro país, tenemos el enorme privilegio de poseer una legislación que ha pensado en la ampliación de derechos, por lo que ha abierto sus puertas de manera irrestricta para que los jóvenes de diversas procedencias sociales puedan ingresar gracias a la gratuidad conseguida tras años de esfuerzos y luchas de parte de toda la comunidad educativa. Sin embargo, debemos reconocer que en los cursos de ingreso y el primer año, dejamos en el camino a casi el 50% de los jóvenes.
Somos plenamente conscientes del impacto extraordinario que tienen las Universidades en la generación de conocimiento y en la planificación de políticas públicas para transmitir nuevos modelos de desarrollo sostenible y crecimiento sustentable. Es por estas razones, que el poder corporativo, en sus diversas manifestaciones, siempre ha observado a estas casas de estudios como obstáculos para sus designios destructivos. La Reforma Universitaria, la incorporación de los hijos de los obreros y la gratuidad, el ataque perpetrado por la dictadura de Onganía durante la tristemente célebre “Noche de los Bastones Largos” y las innumerable Universidades creadas durante el periodo 2003-2015 constituyen prueba suficiente de la dinámica transformadora y revolucionaria de las mismas.
Para contrarrestar el pesimismo proveniente de loscentros de poder acerca de que la educación ya no trae como resultados empleos de calidad ni ingresos que permitan vivir dignamente debemos sumar a las políticas de expansión de la educación superior, la aplicación de políticas socioeconómicas que deben ser apuntaladas desde el Estado desde una perspectiva federal. Debemos tener en cuenta las asimetrías funcionales y espaciales de ingreso que impiden una auténtica reparación educativa.
El aislamiento producto de la Pandemia nos ha demostrado con más fuerza que nunca que las Tics en el aula
son una herramienta que se torna indispensable dominar con destreza, pero al mismo tiempo, también nos demostró que los miles de jóvenes que se encuentran en los márgenes sociales muchas veces se han visto impedido de participar en las clases producto de su vulnerabilidad económica y social. Hacia ellos se debe dirigir nuestra mirada y nuestra atención.
Debemos fortalecer profundamente la idea de que la Educación Pública inclusiva y de calidad no debe ser
vislumbrada solamente como un proyecto puramente académico, sino como un proyecto emancipatorio con libertad y justicia social. Al afirmar junto a Kliksberg (2014) que…»la agenda ética abierta incluye seguir profundizando el compromiso de la sociedad civil, con la superación de los escándalos éticos trabajando en alianzas estratégicas con las políticas públicas y la responsabilidad social corporativa.» (pág. 23). Creemos firmemente que debemos despertar en nuestros jóvenes el fuego necesario para sentirse parte de la realidad de su comunidad y poder transformarla.
La Pandemia Covid 19 como hecho social total, se encuentra presente de manera transversal en cada una de las dimensiones de la vida social, por lo que todas las planificaciones y proyectos educativos deberán tener en cuenta este punto de inflexión que actúa como llanto desgarrador de un planeta que no soporta más la destrucción y la depredación ambiental. La “Normalidad “tal cual la conocíamos ha sido cuestionada desde sus cimientos y es imposible que retorne con su naturaleza consumista y destructiva. Cómo afirma Stiglitz (2012) «Conseguir que la globalización funcione servirá de poco sino podemos solventar nuestros problemas medioambientales. Nuestra atmósfera y nuestros océanos son recursos globales…» (Pág. 238).
Nuestra tarea consiste en realizar el mayor esfuerzo posible para adaptarnos a los tiempos que corren. En ese
marco, el dominio de la información científica y técnica constituye un insumo insoslayable para los estudiantes de las futuras generaciones, ya que actualmente todas las discusiones y debates en los medios de comunicación y en las redes se encuentran atravesadas por estas temáticas. Se discute el problema del medioambiente, la política económica, los adelantos de la medicina para contrarrestar los avances del virus, las principales decisiones de las políticas públicas, etc. Es por eso que para desenvolverse con amplitud de criterio en el mundo actual no sólo se debe poseer la información, sino que también se debe tener la capacidad de ejercitar un pensamiento crítico que nos permita actuar con compromiso y vocación ciudadana.
Finalmente queremos transmitir hacia toda la comunidad un mensaje de esperanza. Proclamamos abiertamente nuestra adhesión a los grandes principios de Soberanía Cultura, Emancipación Pedagógica, y Justicia Social. Creemos en un Educación Plural, Popular y Diversa cuya misión tiene como objetivo la realización de una Patria Inclusiva donde todos y todas podamos ser partícipes en la construcción de un futuro digno y emancipatorio.
Bourdieu, P. (2013). Las estrategias de la revolución social. Buenos Aires: Siglo Veitiuno. Freire, P. (2014). Pedagogía de la indignación. Buenos Aires: Siglo Veintiuno. Kliksberg, B. (2014). Una lectura diferente de la economía. Buenos Aires: La Página. Stiglitz, J. E. (2012). Como hacer que funcione la globalización. Buenos Aires: Alfaguara.
Descargar el artículo completo Revista Ed. 1 – N° 2 Art.1 p.3-7